¿Qué es una asamblea?

Asamblea y Olla popular: “Hablemos con la boca llena”

El 2001 estuvo signado por el hartazgo de la violencia. Entendemos como violencia: no tener una casa donde vivir, sueldos miserables, hospitales y escuelas destrozadas e insuficientes y el pasar hambre, mientras otros se llenan los bolsillos y despilfarran plata en campañas políticas sin importarles el sufrimiento y el esfuerzo de los sectores menos favorecidos.

Culminaría el 2001, con un saldo de grave desocupación, sentimiento de bronca y descontento generalizado, y con la ruptura de los lazos sociales.

Todos esos sentimientos, sin embargo, fueron grandes disparadores que impulsaron instancias de organización en el barrio, y fue la asamblea la forma de organización elegida por los trabajadores en las fábricas recuperadas, los vecinos en asambleas barriales, los estudiantes y docentes en las escuelas y universidades, para luchar contra esas injusticias.

Por eso, desde Poder Barrial, retomamos esas experiencias, y es a partir de ellas que logramos construir el espacio de Asamblea y Olla popular “Hablemos con la boca llena”.

¿Qué es la asamblea?:

Un espacio de encuentro de los vecinos, estudiantes y trabajadores del barrio. Donde se discute, planifica y acciona de manera horizontal, respecto de los temas que golpean al barrio. Fomentando la recuperación de los lazos de solidaridad, mediante la participación activa, la reflexión y la acción colectiva, rompiendo con el individualismo y el egoísmo que nos transmiten como idea de “progreso”, porque según ellos la única manera de estar mejor es salvarse a si mismo y delegar en otro, cada 4 años, la responsabilidad de decidir como vivimos (y como morimos). Nosotros, por el contrario, sabemos que en ésta lucha solo tenemos horizonte si estamos unidos y concientes de que solo nosotros podemos cambiar lo que vivimos.

La asamblea ha sido históricamente la herramienta elegida por el pueblo, cuando nos hartamos de que otros decidan por nosotros, cuando nos decidimos a organizarnos, construir y accionar de conjunto para pelear por nuestras necesidades tan largamente postergadas por los que más tienen. Nos ha permitido, y nos permite, generar un proyecto en común, lejos de clientelismos y punteros como nos tienen acostumbrados.

Esas son pruebas que demuestran que no es la clase política la que va a dar respuesta a las demandas históricas del pueblo. Ellos cambian de caretas, pero sabemos que siempre son los mismos que defienden las necesidades de los poderosos.

Por eso, solo nosotros, como sujetos activos somos los que debemos organizarnos, en un proyecto común, que nos permita desde abajo ir recuperando lo que nos fue arrebatado, mientras construimos una sociedad distinta. Sin esperar migajas de nadie, ni delegando poder en alguien que no nos representa.

Porque el poder del pueblo, le pertenece al pueblo y por eso luchamos reivindicando nuestros derechos a la salud, vivienda, educación, trabajo, nuestro derecho a decidir como vivir y a luchar por nuestra dignidad.