martes, 12 de abril de 2011

Macri vuelve a desalojar a 16 familias en el barrio Monserrat

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Con un nuevo desalojo son más de 60 familias las desalojadas, o afectadas por órdenes de desalojo, en los barrios Monserrat, Barracas y Boedo las que hoy protestarán frente al Ministerio de Desarrollo Social. El gobierno porteño de Mauricio Macri que expulsó a las 16 familias el día de ayer, ofreció una solución: 700 pesos durante tres meses para alquilar una vivienda (el precio que hoy se paga por una pieza en la villa 31 o en un hotel-pensión), o albergue en los paradores para gente en situación de calle, propuesta hecha por el Ministerio de Desarrollo Social administrada por funcionarios Pro. "Seguridad es tener una vivienda digna", rezaba una pancarta en el acampe que hicieron los 40 adultos y 50 niños que perdieron su hogar, sobre la calle México al 1200 frente al edificio que ocupaban. Los vecinos desalojados reclamaron que en el desalojo no tuvieron el auxilio del SAME ni de la Asesoría General Tutelar. "Acá hay chicos asmáticos y una mujer se descompuso y quedó tirada sin que nadie la atendiera", relató uno de los vecinos. La orden de desalojo vino del Juzgado en lo civil 55 y fue a pedido de la firma Cerisola y Cia, S. A. Desde el domingo a la tarde comenzó el cercamiento. El lunes la policía intentó forzar la entrada principal, pero como no pudieron rompieron una pared medianera e ingresaron con insultos y golpes. "Reaccionamos pacíficamente porque tenemos chicos y no queríamos que lastimen a nadie" afirmó otro de los vecinos desalojados. En tanto que una de las mamás de los chicos declaró que "no queremos dinero, queremos una vivienda digna". En el día de hoy, las familias desalojadas de los diferentes barrios se movilizarán al Ministerio de Desarrollo, ubicado a 4 cuadras del lugar del último incidente, en México 1661. Estarán acompañadas por el Movimiento Evita Capital, la Comisión de Justicia y Paz, la Parroquia de Constitución, las agrupaciones Poder Barrial, Movimiento Popular en Lucha, Latinoamérica Resistencia y Dignidad y el Foro por la Vivienda Digna. La movilización comenzará a las 10 de la mañana.

En el 50º aniversario de la proclamación del socialismo en Cuba

Por Ernesto Gómez Abascal
para www.rebelión.org

El próximo día 16 de abril, se cumplen 50 años de la proclamación del socialismo en Cuba. Habrá desfile y concentración popular en la emblemática Plaza de la Revolución en La Habana y se dará inicio ese mismo día al 6to. Congreso del Partido Comunista. Se conmemora también el 50 aniversario de la invasión yanki mercenaria por la Bahía de Cochinos o Playa Girón, que fue derrotada por el pueblo en menos de 72 horas.
En estos acontecimientos históricos tuve el privilegio de participar personalmente. Tenía 21 años y ya desde principios de 1960, siendo dirigente sindical en una fábrica, me había incorporado a los primeros entrenamientos militares que a través de los sindicatos, se organizaron para defender el proceso revolucionario. Entonces no era marxista ni procedía siquiera de un partido de izquierda. Como la inmensa mayoría de los jóvenes cubanos, había contribuido en la lucha para derrocar la dictadura corrupta, que impuesta por los intereses de EEUU, mantenía al pueblo oprimido y empobrecido, y el país sometido a una dependencia semicolonial de Washington. Había recibido una educación religiosa, cristiana y estaba influido por las ideas de José Marti, que desde el siglo XIX, sembró las semillas revolucionarias de independencia nacional y antimperialismo, en una patria que debía ser “de todos y para el bien de todos”.

No me fue difícil hacer el tránsito ideológico y aceptar el socialismo cuando este fue proclamado. Los verdaderos principios de la fe religiosa coincidían con las nuevas ideas que trataba de desarrollar la revolución: justicia social, igualdad, honestidad, hacer el bien, ser solidario…

Las primeras medidas y leyes adoptadas por el gobierno revolucionario después de llegar al poder el 1ro.de enero de 1959, respondían a estas ideas: entregar tierras a los campesinos desposeidos y explotados; rebajar el pago de alquileres, servicios de electricidad y teléfono; trabajar para terminar con el alto desempleo; alfabetizar a los que no sabían leer ni escribir; facilitar la cultura, la educación y la salud pública, etc. En aquellos momentos llegué a la conclusión de que no existía contradicción alguna entre la fe religiosa honesta, ya sea cristiano, musulmán u otra, y las ideas revolucionarias del Socialismo. Lo sigo creyendo así

A finales de 1960 la Revolución se había radicalizado y el imperialismo de Estados Unidos lanzaba una feroz campaña de agresiones. Junto a decenas de miles de cubanos, pasé escuelas de entrenamiento militar e integré una de las primeras unidades de milicias que se formaron, el Batallón 114 y con el fuí enviado a las motañas del centro del país, la Sierra del Escambray, donde fuerzas contrarrevolucionarias trataban de crear una base de apoyo a la cercana invasión mercenaria, obedeciendo los planes de la Agencia Central de Inteligencia. En los primeros meses de 1961 limpiamos estas montañas de criminales y bandidos y frustamos la posibilidad de que sirvieran de apoyo a la invasión.

El día 16 de abril, cuando Fidel proclamó el carácter socialista de la revolución durante el entierro de los mártires caídos en el bombardeo a los aeropuertos de La Habana, mi batallón, que llevaba meses movilizado y en operaciones de defensa, estuvo en ese histórico acto. Hay una fotografia que recoge el momento en que una inmensa masa de milicianos levanta sus fusiles FAL (fúsil automático ligero de fabricación belga), dando simbólica aprobación a lo que decía Fidel y proclamando su decision de luchar por el socialismo y la independencia de la Patria. Allí estaba yo.

Al día siguiente, 17 de abril, se produjo el desembarco de los mercenarios en Bahía de Cochinos y nuestro batallón partió temprano para incorporarse a los combates. Peleamos, ya en defensa del socialismo, en una de las dos carreteras que daban acceso a la zona del desembarco. Allí, en un camino que comunica un pequeño pueblo llamado San Blas con Playa Girón en la costa, una parte de nuestra unidad, que avanzaba junto a algunos tanques rusos T-34, cayó bajo fuego enemigo y sufrió varios heridos. Pero los mercenarios no resistieron el empuje de nuestras fuerzas y huyeron en desbandada, por lo que permanecimos durante algunos días en la zona para capturar los que se habían escondido en el monte.

Hoy recordamos aquellos hechos con orgullo, en un país que lleva más de medio siglo resistiendo la política agresiva del imperio más poderoso que ha existido en la historia de la humanidad, que se encuentra a solo 150 kilómetros de nuestras costas.

Siguen empleando contra Cuba todo tipo de medios y campañas agresivas -incluido un genocida bloqueo económico- para cambiar nuestro sistema socialista. Sin embargo fracasan y se siguen engañando con las mentiras que ellos mismos crean y terminan creyendóselas.

El 6to. Congreso, que se celebrará próximos días, será la culminación de un amplio proceso democrático, donde no solo los militantes, sino todos los trabajadores, estudiantes; hombres, mujeres y pueblo en general, cuantificados en millones, ya han participado discutiendo los documentos y propuestas que el Congreso analizará. Este sistema es parte de nuestra democracia participativa, verdadera democracia de masas.

Tenemos un gobierno y un partido que responde a los intereses del pueblo, no a los intereses de una clase o grupo privilegiado, no tenemos ni admitimos dirigentes corruptos, por ello el imperialismo se equivoca. Tenemos dificultades y problemas, pero entre todos los solucionaremos. No estamos dispuestos a perder la dignidad y todo lo que hemos obtenido.

Las masas estarán tomando las calles de La Habana el proximo día 16, pero para proclamar su decisión de defender el Socialismo y la Independencia Nacional. La Plaza de la Revolución es nuestra Plaza Tahir, la Plaza de la Perla o la Kasbah, la tomamos hace más de 50 años y no la abandonaremos.

Ernesto Gómez Abascal. Periodista y escritor. Ex embajador en varios países del Oriente Próximo.

lunes, 4 de abril de 2011

"Yo, Maestra"*

Yo, maestra, pienso en los gestos de la gente que despreciaba nuestro reclamo en el colectivo, en el supermercado, en la verdulería y tantos otros lugares donde se cruzan las vidas cotidianas, pienso en los 200 vidrios rotos de mi escuela del oeste que recién colocarían un mes después de la fecha de inicio de clases, pienso en el habitual silencio del gobierno con cuatro semanas de huelga, pienso en los empresarios exigiendo las rutas libres, pienso en la palabra “vagos” que vituperaban los que pasaban a pie por el corte del puente, pienso en el camionero que la única razón por la que no arremetió contra el piquete fue porque todavía es delito atropellar a una persona en una protesta, pienso en un obispo que firma declaraciones contra el aborto y que, bajo el fantasma de Don Jaime, tiene una escuálida participación en los conflictos sociales, pienso en esa mañana en Arroyito con la tensión en la sangre, en la granada de gas que rebotó en el auto en el que íbamos, pienso en las maestras corriendo a campo traviesa, cuerpos vulnerables frente a la parafernalia militar de los uniformados, pienso en mi casa, cuando me saco la ropa con los rastros del gas que me cerraba la garganta, en la desesperación y las lágrimas de ese día, pienso en mi llanto cuando la foto del asesinato hizo estallar mi cabeza, pienso en la madre de mi escuela que en la huelga del año pasado dijo que los conflictos se resolvían con un muerto, pienso como un ejercicio de memoria en las docentes apaleadas en Plaza Huincul el año anterior, pienso en la cadena de nombres que se apiñan como saldo de políticas genocidas como Teresa Rodríguez, Víctor Choque, Kosteki y Santillán, Silvia Roggetti, y ahora, Carlos Fuentealba, pienso en la pulsión de derecha que ya se instaló en el costado izquierdo de la población, pienso en las felicitaciones a la policía de varios turistas en la ruta que alababan su accionar por despejar los “obstáculos”, que sólo eran cuerpos de mujeres y varones ya que ni las gomas llegamos a colocar, pienso en las palabras del gobernador como “enfrentamiento” y “excesos” que dan continuidad a la historia de la dictadura, pienso en la burocracia gremial del país que también esperó un “muerto” y suerte para ellos que fue en Neuquén y no en Santa Kruz, pienso en lo que pueden estar pensando mis alumnas y alumnos, pienso en el dibujo acerca de la democracia del hijo de un “puntero” donde un hombre le decía a otro a metros de una mesa de escrutinio: “yo te voto si me das algo”, pienso en cómo ser policía se convirtió en trabajo seguro para los pobres y también para las pobres, porque la igualdad de género siempre llega antes a los lugares donde al poder le conviene, pienso en lo que enseñaremos y en lo que dejaremos de enseñar a partir de ahora, pienso que tengo que volver a tomar la tiza que pesa como el cuerpo de un compañero tirado en la ruta y desearía escribir otros nombres en el espacio de las autoridades políticas, pienso en que seguramente serán parecidos o serán de la misma manufactura corrupta y negligente, pero que Jorge “Rafael” Sobisch y sus cómplices paguen por sus acciones, pienso en el policía que disparó y en los eslabones de impunidad que hicieron posible su presencia en la ruta, pienso que en el reclamo de justicia por Carlos están muchos nombres, muchos cuerpos, desnutridos, encarcelados, enterrados, mutilados, desaparecidos, pienso en la miseria de esta provincia que contrasta con los millones de dólares de la renta petrolera, pienso en el slogan “Sentite Neuquén” de una solapada xenofobia siempre impulsada por los sectores gobernantes, pienso en nuestro trabajo docente precarizado sometido siempre a la jerarquía de la burocracia estatal, pienso en el papel de guardianas del orden social, moral y sexual que todavía depositan en nosotras para formar al “ciudadano de bien”, pienso en que no comparto la idea de que las y los docentes somos sagrados como se dijo en algún escrito de ocasión, pienso que la educación tiene que desarmar jerarquías de cualquier índole, promover itinerarios de comprensión de la desigualdad de clase, género, raza, sexo, orientación sexual, nacionalidad, edad, que no son ni para siempre ni desde siempre, que hay intereses para que sean así, pienso que la obediencia no puede ser nuestro mandato pedagógico. Yo, maestra, pienso que las cosas pueden ser de otra manera.



* Carta escrita por Valeria Flores, maestra, escuela Nº 348, Neuquén. 08-04-07, luego del asesinato de Carlos Fuentealba, del que hoy se cumplen cuatro años. Tomada de http://www.lavozdeloslaburantes.blogspot.com/

domingo, 3 de abril de 2011