"Las cámaras no se enferman, no piden aumento, ni se agremian ni me hacen paro". La frase, ilustrativa de la ideología de los funcionarios que gobiernan la ciudad, se le escuchó al ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, en una jornada de encuentro vecinal a mediados de abril en el barrio de P. Patricios, donde se presentaba a los vecinos un plan de seguridad que incluía la ampliación de la flota de cámaras de vigilancia a un total de 300. Actualmente, 170 cámaras de video instaladas en edificios públicos, plazas, parques, y otros lugares estratégicos de la ciudad de Buenos Aires, con el supuesto objetivo de reducir la delincuencia, se encargan de vigilar y controlar las 24 horas del día a la población de la ciudad, en el marco de un plan de aumento del control del espacio publico.
El sistema es monitoreado desde un Centro de Monitoreo creado hace dos meses por el ministerio de Justicia y Seguridad, ubicado en avenida Patricios 1142, y se inspira en el modelo implementado en las grandes urbes del primer mundo, entre ellas Tokio, Londres y Nueva York, donde su objetivo aparente, reducir la inseguridad, fracasó al no disminuir ni un céntimo los índices de delincuencia. Sin embargo, sirvió para extender las redes de control de los ciudadanos, fenómeno en aumento en las principales ciudades de todo el mundo, que se acercan peligrosamente a un modelo totalitario de sociedad.
En palabras de Beatriz Busaniche, de la Fundación Vía Libre, estamos hablando de políticas que hoy tienden a modelar los comportamientos sociales y a almacenar gran cantidad de información sobre la vida de las personas".
Criminalización de la protesta y la pobreza
La vigilancia se centra sobre poblaciones que por ciertas características se incluyen en el grupo de los "sospechosos". Las poblaciones mas perseguidas, mas vigiladas y detenidas y hasta encarceladas sin causa son las minorías, los pobres y los grupos sociales y políticos. Incluso la señora que golpeaba la cacerola en 2001 entra en el grupo de "delincuentes". La política es clara: no te arresto por lo que hiciste sino por lo que sospecho que podes hacer.
Gran Hermano X, ¿Lo viste?
Las políticas de vigilancia preventiva hablan de modificaciones sociales que se vienen produciendo y que por ejemplo hacen que un vecino no se aterre cuando le instalan una cámara para vigilarlo las 24 hs. sino que, por el contrario, se ofrezca a pagar y exija que estén en todas las veredas.
Se nos va generando la necesidad de ser observados. Reality shows, Facebook, fotologs, etc. Son una evidencia de cómo se naturaliza la sensación de que solo existo si soy observado y de que si soy observado, estoy protegido.
En este sentido, los medios de comunicación juegan un rol fundamental, instalando en la población la paranoia de la inseguridad, para que sospechemos y nos temamos entre nosotros, mientras andamos separados y solos.
¿Amenaza o promesa?
Envueltos en el miedo construido, vecinos, comerciantes y ONGs de la Ciudad están hoy pagando al Gobierno la instalación de cámaras en sus veredas.
Una cultura del miedo al otro, la exclusión y el individualismo. El aislamiento como principal medida sanitaria contra la gripe A, la guerra internacional contra el terrorismo, y la fiebre contra la inseguridad, parecen responder siempre a la misma lógica: alejarse del que esta al lado, porque es peligroso. Como decía el poeta uruguayo E. Galeano: "Nos entrenan para ver al prójimo como una amenaza y no como una promesa".
De esta forma legitiman y generan consenso respecto de la necesidad de rejas en los espacios públicos, la creación de organismos como la UCEP y de una nueva policía metropolitana, el aumento de policía y gendarmería en las calles (si, ya no solo en las fronteras) y a nivel mundial, el cierre de fronteras y la masacre y tortura de pueblos enteros.
¿Soluciones?
Frente a las problemáticas sociales que afrontamos quienes todos los días tenemos que salir a rebuscárnosla para vivir, que lejos de ser solo la inseguridad, sino también la falta de salud y educación y sobre todo la falta de trabajo ¿Creemos que las propuestas del Gobierno dan soluciones?
En lugar de ir a la causa de los problemas, como vemos, las propuestas de Gobierno solo apuntan en una dirección: acallar las necesidades del pueblo usando el silencio de los medios y los golpes de la policía.
Es por esto que vemos la necesidad de organizarnos y generar espacios de coordinación, donde discutamos cuales son las verdaderas necesidades, y luchemos por nuestras reivindicaciones en conjunto; realizando acciones que lleven a la solución de las mismas.
El sistema es monitoreado desde un Centro de Monitoreo creado hace dos meses por el ministerio de Justicia y Seguridad, ubicado en avenida Patricios 1142, y se inspira en el modelo implementado en las grandes urbes del primer mundo, entre ellas Tokio, Londres y Nueva York, donde su objetivo aparente, reducir la inseguridad, fracasó al no disminuir ni un céntimo los índices de delincuencia. Sin embargo, sirvió para extender las redes de control de los ciudadanos, fenómeno en aumento en las principales ciudades de todo el mundo, que se acercan peligrosamente a un modelo totalitario de sociedad.
En palabras de Beatriz Busaniche, de la Fundación Vía Libre, estamos hablando de políticas que hoy tienden a modelar los comportamientos sociales y a almacenar gran cantidad de información sobre la vida de las personas".
Criminalización de la protesta y la pobreza
La vigilancia se centra sobre poblaciones que por ciertas características se incluyen en el grupo de los "sospechosos". Las poblaciones mas perseguidas, mas vigiladas y detenidas y hasta encarceladas sin causa son las minorías, los pobres y los grupos sociales y políticos. Incluso la señora que golpeaba la cacerola en 2001 entra en el grupo de "delincuentes". La política es clara: no te arresto por lo que hiciste sino por lo que sospecho que podes hacer.
Gran Hermano X, ¿Lo viste?
Las políticas de vigilancia preventiva hablan de modificaciones sociales que se vienen produciendo y que por ejemplo hacen que un vecino no se aterre cuando le instalan una cámara para vigilarlo las 24 hs. sino que, por el contrario, se ofrezca a pagar y exija que estén en todas las veredas.
Se nos va generando la necesidad de ser observados. Reality shows, Facebook, fotologs, etc. Son una evidencia de cómo se naturaliza la sensación de que solo existo si soy observado y de que si soy observado, estoy protegido.
En este sentido, los medios de comunicación juegan un rol fundamental, instalando en la población la paranoia de la inseguridad, para que sospechemos y nos temamos entre nosotros, mientras andamos separados y solos.
¿Amenaza o promesa?
Envueltos en el miedo construido, vecinos, comerciantes y ONGs de la Ciudad están hoy pagando al Gobierno la instalación de cámaras en sus veredas.
Una cultura del miedo al otro, la exclusión y el individualismo. El aislamiento como principal medida sanitaria contra la gripe A, la guerra internacional contra el terrorismo, y la fiebre contra la inseguridad, parecen responder siempre a la misma lógica: alejarse del que esta al lado, porque es peligroso. Como decía el poeta uruguayo E. Galeano: "Nos entrenan para ver al prójimo como una amenaza y no como una promesa".
De esta forma legitiman y generan consenso respecto de la necesidad de rejas en los espacios públicos, la creación de organismos como la UCEP y de una nueva policía metropolitana, el aumento de policía y gendarmería en las calles (si, ya no solo en las fronteras) y a nivel mundial, el cierre de fronteras y la masacre y tortura de pueblos enteros.
¿Soluciones?
Frente a las problemáticas sociales que afrontamos quienes todos los días tenemos que salir a rebuscárnosla para vivir, que lejos de ser solo la inseguridad, sino también la falta de salud y educación y sobre todo la falta de trabajo ¿Creemos que las propuestas del Gobierno dan soluciones?
En lugar de ir a la causa de los problemas, como vemos, las propuestas de Gobierno solo apuntan en una dirección: acallar las necesidades del pueblo usando el silencio de los medios y los golpes de la policía.
Es por esto que vemos la necesidad de organizarnos y generar espacios de coordinación, donde discutamos cuales son las verdaderas necesidades, y luchemos por nuestras reivindicaciones en conjunto; realizando acciones que lleven a la solución de las mismas.
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