viernes, 13 de noviembre de 2009

“El Cid” y la crisis habitacional porteña

Cerca de 30 familias que mantienen tomado el hotel "El Cid" del barrio de constitución en defensa de su vivienda, fueron golpeadas a principios de Agosto por el Grupo Especial de Operaciones (GEO), que irrumpió dentro del inmueble junto con la policía y prefectura. Con el supuesto propósito de realizar un censo de población, destrozaron puertas y habitaciones, e incluso golpearon a algunos de los 50 menores que allí viven. "De repente empezaron a golpear las puertas, y del susto nos encerramos en las piezas. Entraron con armas de guerra y nos apuntaban. Decian `quedate quieto o te tiro´. Luego pusieron a todos los hombres en el piso, mientras repartían golpes", cuenta Aída, que vive en el hotel con su esposo y sus hijas. El operativo hizo recordar anteriores desalojos de inmuebles en similares condiciones habitacionales, en los que es costumbre un allanamiento previo al desalojo definitivo.
Los inquilinos decidieron tomar el edificio luego del último aumento de alquiler del que fueron notificados. El monto del mismo llega a 150 pesos por día la habitación quíntuple, que suman 4.500 pesos por mes, mientras que la habitación promedio cuesta 40 pesos por día, es decir 1.200 pesos mensuales. La mayoría de las instalaciones de "El Cid" son sumamente precarias, carecen de gas y agua caliente, el servicio de luz suele colapsar y el hacinamiento que allí se vive es total: apenas un par de baños y cocinas en unos pocos metros compartidos por más de 100 personas.
Anoticiado de la toma, el dueño, un empresario inmobiliario de apellido Paretta, se presentó en la puerta del inmueble junto con un grupo de patoteros con el objetivo de "limpiar de negros" el lugar. "Los voy a hechar como ratas", amenazó. Paretta es famoso por sus numerosas propiedades en la zona sur de capital y sus métodos de extorción poco ortodoxos, entre los que se encuentra haber prendido fuego el Hotel "León", de su propiedad, tras haber sido tomado por otros de sus clientes. La policía, por su parte, liberó la zona para que la patota del patrón pudiera actuar. Se produjo un enfrentamiento, pero los inquilinos lograron resistir la embestida y quedarse adentro. "Desde los medios dijeron que estábamos armados con palos, pero solo nos defendimos", cuenta Gabriel, inquilino del hotel. "Ellos vinieron con armas en la cintura, se las mostraban a los chicos para asustarlos. Tiraron piedras y la policía no hacía nada. Incluso conversaban con ellos. Pero al final no se animaron a entrar". El frustrado intento de desalojo se dió en la misma semana en que Mauricio Macri anunciaba que se extendería hasta diciembre el subisidio a los hoteles, fecha a partir de la cual dejaría de entregarse.

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