Jamás demagogia oficial alguna, por más oportunista y descarada que pudiera ser, lograría ensombrecer o domesticar el contenido real de las convicciones e ideas que movilizaron a aquellos revolucionarios, hijos del pueblo, provenientes de los más diversos sectores sociales, que desinteresadamente entregaron sus vidas en la dura lucha por la libertad y la vida, con la perspectiva estratégica de la transformación revolucionaria de esta injusta sociedad.
Por este motivo, desde nuestra trinchera, hoy recordamos con orgullo, amor y respeto, a los 16 hermanos fusilados cobardemente por la siniestra Armada argentina, en la Base Aeronaval Almirante Zar de Trelew, a las 3:30 de la madrugada del 22 de agosto de 1972.
El carácter brutal del hecho, el cinismo con que actuaron las fuerzas represivas del Estado queriendo brindarle al pueblo la falacia de un supuesto intento de motín y fuga, y la persecución y represión a quienes pretendieran poner en duda el discurso oficial, como una medida desesperada del régimen, concitaron el repudio del pueblo y un movimiento de solidaridad amplio.
Nuestros hermanos nos han señalado con el ejemplo de su accionar cual es el camino por el que se ha de transitar si de verdad se quiere luchar por una sociedad en la cual el hombre no sea lobo del hombre. Este camino es el camino de la unidad, es la senda transparente de la humildad, la honestidad, la sensibilidad y el compromiso revolucionario.
Sus ojos, sus miradas, como las de todos aquellos hermanos mayores que nos antecedieron en la lucha, los de la hora actual, y los del mañana, nos llaman constantemente a redoblar nuestra decisión de lucha, mas allá de las adversidades, siempre, hasta la victoria.
Tampoco olvidamos a los asesinos, quienes han sido parte de este crimen, de forma directa o indirecta.
El actual desarrollo de la lucha exige de todos nosotros desplegar nuestros mejores y más honestos esfuerzos conscientes, en una lucha inclaudicable y que deje de lado todo tipo de sectarismos, para construir organización popular como alternativa política real del pueblo. Para poder de esta manera ir acumulando, justamente, fuerzas, organización y experiencias, en esta senda revolucionaria por una sociedad más justa que forjamos día a día. Estamos plenamente convencidos de que este es el mejor homenaje que podemos rendirle a nuestros hermanos.
Por este motivo, desde nuestra trinchera, hoy recordamos con orgullo, amor y respeto, a los 16 hermanos fusilados cobardemente por la siniestra Armada argentina, en la Base Aeronaval Almirante Zar de Trelew, a las 3:30 de la madrugada del 22 de agosto de 1972.
El carácter brutal del hecho, el cinismo con que actuaron las fuerzas represivas del Estado queriendo brindarle al pueblo la falacia de un supuesto intento de motín y fuga, y la persecución y represión a quienes pretendieran poner en duda el discurso oficial, como una medida desesperada del régimen, concitaron el repudio del pueblo y un movimiento de solidaridad amplio.
Nuestros hermanos nos han señalado con el ejemplo de su accionar cual es el camino por el que se ha de transitar si de verdad se quiere luchar por una sociedad en la cual el hombre no sea lobo del hombre. Este camino es el camino de la unidad, es la senda transparente de la humildad, la honestidad, la sensibilidad y el compromiso revolucionario.
Sus ojos, sus miradas, como las de todos aquellos hermanos mayores que nos antecedieron en la lucha, los de la hora actual, y los del mañana, nos llaman constantemente a redoblar nuestra decisión de lucha, mas allá de las adversidades, siempre, hasta la victoria.
Tampoco olvidamos a los asesinos, quienes han sido parte de este crimen, de forma directa o indirecta.
El actual desarrollo de la lucha exige de todos nosotros desplegar nuestros mejores y más honestos esfuerzos conscientes, en una lucha inclaudicable y que deje de lado todo tipo de sectarismos, para construir organización popular como alternativa política real del pueblo. Para poder de esta manera ir acumulando, justamente, fuerzas, organización y experiencias, en esta senda revolucionaria por una sociedad más justa que forjamos día a día. Estamos plenamente convencidos de que este es el mejor homenaje que podemos rendirle a nuestros hermanos.
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